9. NOVENO MES DE EMBARAZO
El bebé desciende en la pelvis y la cabeza empieza a acoplarse en ella. El estómago y el intestino ya funcionan. Su piel ya no está arrugada y es más suave debido a las células de grasa que ya se han formado debajo de ella. El color de la piel ya no es tan rojo, si no que empieza a sonrojarse y se asemeja más al color definitivo que tendrá en el momento del parto.
Como hemos comentado, desde hace ya algunas semanas, los movimientos son menores debido al aumento del tamaño y del peso del feto, pero esto no significa que no sientas la presencia de tu futuro hijo. De hecho, no debe pasar ni un solo día sin que lo sientas, porque eso significará que todo marcha bien.
Al finalizar este mes el feto debe medir cerca de 43 cm y su peso aumenta en este periodo desde alrededor de 1.980 gramos hasta unos 2.730 gramos de media.
Los movimientos los sientes más bruscos, como si fuesen patadas, ya que el bebé tiene muy poco espacio para moverse. La cabeza se desplazará durante estas semanas hacia abajo, preparándose para el parto, y podrás distinguir perfectamente entre un pie, la espalda o una mano. Las uñas ya han crecido hasta cubrir la totalidad de sus dedos.
El bebé es capaz de respirar y realizar los movimientos de succión y deglución al mismo tiempo, lo que le permitirá alimentarse de la leche materna cuando nazca. También empieza a fabricar sus propias células de la sangre.
Este mes es especialmente largo y preocupante para la madre aunque como mucha ilusión. El parto se acerca y son muchas las ganas de ver al futuro hijo.
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